Made in Arg.


No soy especialista en temas de identidad porque de eso no había licenciatura cuando tuve que elegir una carrera a los 17 años; pero desde siempre es algo que me da curiosidad. Con el tiempo, me di cuenta de que no era la única interesada y que, de hecho, ya muchos autores e intelectuales se me habían adelantado: parece que todos veníamos haciéndonos las mismas preguntas, algunos en libros que se estudian en las universidades, y otros en el bondi volviendo a casa de algún cumpleaños.

Borges, por ejemplo, habló de lo que significa una literatura “argentina”, ¿qué carajo es eso?, se preguntó Jorge Luis. Al parecer, se mosqueó por la mera sugerencia de que, por haber nacido en tierra de gauchos, estaba condenado a escribir para siempre sobre vacas, pulperías y llanuras. Esto a él – y a mí también- le pareció una pavada, y dejó claro que no existe tal cosa como la literatura  “argentina” en términos de temáticas sobre las cuales se debe escribir:

“ (…) no debemos temer y (…) debemos pensar que nuestro patrimonio es el universo; ensayar todos los temas, y no podemos concretarnos a lo argentino para ser argentinos: porque o ser argentino es una fatalidad, y en ese caso lo seremos de cualquier modo, o ser argentino es una mera afectación, una máscara.

Creo que si nos abandonamos a ese sueño voluntario que se llama la creación artística, seremos argentinos y seremos también, buenos o tolerables escritores.”

Al fin y al cabo, se escribe desde la experiencia subjetiva y con el estómago y el corazón; pero no con el pasaporte.

Sobre estos temas han escrito desde Domingo Faustino Sarmiento, José Vasconcelos, José Martí y el mexicano Octavio Paz hasta Abel Posse y Bersuit Vergarabat. Los ensayos libres sobre temas de identidad son un clásico entre los intelectuales latinoamericanos de todos los tiempos, curioso, ¿no? Y como dicen que lo que se hereda no se roba, por ahí viene este texto que busca reflexionar sobre un comportamiento que a esta altura es un clásico como el choripán o un River-Boca: el argentino que nació en Villa Crespo pero se siente un poquito europeo.

argen
Evidencia…hágalo usted mismo!

Qué loca manía esa que tenemos de sentir que somos medio italianos, franceses o españoles. Qué decisión testaruda la de seguir repitiendo la cantinela de los barcos, el crisol de razas, nuestros abuelos que vinieron sin nada y lo hicieron todo. Me pregunto de dónde nos nace esa certeza de no pertenecer.

Mis misteriosos antepasados libaneses están presentes en el imaginario de quien soy, pero nada tienen ellos que ver con la pequeña clínica de Colegiales en la que nací, y que en el 2001 se vio obligada a cerrar por la malaria económica. Yo estoy hecha de  democracia, menemismo, crisis y libertades ganadas; de acá, de casa. Sherazade, Jazmín y Aladino – para hacer un merengue de Medio Oriente- deben andar por algún lugar en la nebulosa de mi aura porteña, pero no juegan el papel protagónico.

Tenemos que aprender a abrazar lo de acá, otra no nos queda. Si es necesario, apelar a lo kitsch y exacerbar lo mundano; tal vez maravillarnos de lo grotesco y hasta problematizar lo sencillo; ser metódicos en esto. Inspirarnos, por ejemplo, en Pedro Almodóvar y tomar todo lo que parezca de morondanga para lustrarlo hasta encontrarle el brillo multicolor que alberga en algún lugar. Lo que está lejos tiene cierto misterio sensual, sí; pero lo que está cerca tiene la innegociable ventaja de lo que se puede tocar.

Sin embargo, esta cuestión de no saber bien quiénes somos ni de dónde venimos, no es nueva ni exclusiva de nosotros, las Monis y los Pepes Argento. Como colectivo, los latinoamericanos tenemos una larga y compleja relación con nuestras cuestiones identitarias; es decir, tenemos tremendo quilombo en la cabeza. Parecería que mirarnos al espejo nos cuesta, porque no vemos lo que nos dijeron que hay que ver, o no encontramos todavía los términos para nombrar lo que aparece reflejado.

Lo que me pregunto y lo que me preocupa es que este afán por europeizarnos a toda costa devenga de un paradigma que ya tiene olor a naftalina. ¿Todavía pensamos que todo lo relacionado a Europa es cualitativamente superior a lo latinoamericano?¿Ser Español o Francés es un valor en sí mismo? Si damos dos pasos para atrás y nos miramos desde afuera, de inmediato saltan indicadores de que la vieja cosmovisión colonialista todavía anda dando vueltas.

Sin embargo, basada en mis domingueros instintos sociológicos, creo que en los últimos tiempos, entre crisis, corrientes políticas y demás yerbas; los argentinos miramos cada vez más nuestro propio continente y nos identificamos con ese mote impreciso pero necesario que es el de “latinoamericanos”.

En fin, haber nacido a tres cuadras de parque Lezama y contestar “Cantabria” cuando te preguntan de dónde sos es, por lo menos, llamativo. Lo cierto, wachos, es que estamos acá al final del mundo todos juntos y sin bisabuelo que valga. Nostoros somos hoy; y con esto tenemos que armar lo que vamos a ser mañana. Todo lo que podamos incorporar es bienvenido, porque las identidades son entes expansibles, capaces de incorporar y resignificar casi todo. Pero incorporemos desde donde estamos parados, desde lo que somos y desde donde vivimos todo lo que nos pasa, dejando de lado esa jerarquía de nacionalidades que apesta a viejo. Armemos el collage que más nos guste siendo libres y mirándonos en un espejo que nos devuelva la imagen de lo que somos, verdaderos y posibles.

1 Comment

  1. peperino
    Responder

    Lo único que no me cierra es la invitación a abrazar lo de acá, como si no sobraran fanáticos nacionalistas… Que tendrán su despelote de identidad, pero siguen siendo nacionalistas.

    Justamente, si Borges renegó del supuesto encasillamiento de la literatura argentina, creo que la idea está en que, hoy más que nunca, somos parte de un mundo en constante comunicación, migración y evolución.

    Ni admiración ni envidia ni rencor ni nada para alguien o algo inherentemente por ser de acá, Europa, USA, Asia o donde sea. Si me copa bienvenido sea. Si no me copa, pues entonces que no joda, ni a mi ni a nadie.

    Saludos.

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *