Por Juan Manuel Vázquez
Este disco sea, quizás, para la humanidad vibrante y Wikipedia, lo más extraño que hizo zeppelin. Corta el cordón umbilical del hard-blues-rock riffero, conservando su manías y colores, su adn de martillo sonoro, pero animándose a incursionar en estilos nuevos que llegaban a ellos, mostrando diversidad conceptual ampliando su mágico universo, críptico y mitológico.
Cuando escuché este disco por primera vez, supongo que entre los 6 y 8 años, en un technics de los 90’, no sabía nada de eso. No sabía lo que habían hecho antes, ni cómo terminó la banda, ni tenía idea lo que implicaba zepellin en el árbol genealogico del rock. Ósea, para mi era una banda que cantaba en inglés, un poco más zarpada que los stones, más femenina, y que tenía un tema que me estaba obligando a escuchar algún día el disco entero: D`yer maker (o una de las canciones que más me gustan de la historia)
La cuestión es que yo, super verdoso y tierno, que ya me había devorado gran parte del cancionero beatle, me acosté en mi cama, me puse los auriculares y la flashie de verdad. The song remains the same abre el mejor disco de rock que, hasta ahora, escuché. Capas y capas y capas de sonidos. Se escuchan guitarras y arreglos todo el tiempo, uno se imagina a un ejército de violeros eruditos (y un poco durangas), pero solo es el bueno de Jimmy cumpliendo su misión de electrocutarnos. Hay una peli con ese título, donde suenan, creo, bastantes temas de este disco, pero para mí, esta canción sola es una peli, de las que no sabes si es mejor el principio, el nudo, o el final.
The rain song, para mí era una yegua plateada que cargaba en sus lomo una piedra preciosa, y mientras me sobrevolaba, sus alas dejaban caer ese arreglo entre estrofa y estrofa que provoca tanto espasmo. Cuerdas y chapas engordando el blues del bosque. Yo sin saber qué quería decir “this is the springtime of my loving” (hasta el día me estremece) le creía todo. Jimmy nos muestra que le sobran ideas (podríamos hacer 5 canciones solo con los arreglos de los últimos 26 segundos de este tema). Abrazarse, amar, volar, creer y dormir.
Over the hills and far away, o desafío a cualquier violero a tocar esa intro, y a cualquier banda a pasar de un folk mañanero y diáfano, a una base de rock tan bien lograda, original, riffeada, potente, volcánica.
The crunge, así interpretaron los zeppelin la ola de fuego de James Brown? Muchísimo groove, demasiado para una banda de blues. Densa.
La histérica Dancing days, para mí, el lucero que siguió T-Rex en la búsqueda por llevar el glamour a la pentatónica, para entender que los riffs de guitarra son infinitos, para aprender de Jagger lo más rudimental. Actitud superstar.
D’yer maker es posible que sea uno de los temas que más escuché en mi vida, uno de los que más disfruto escuchar, es sexy, fuerte, promiscuo, teatral, bailable, doloroso y está tan bien cantado que parece joda. Es un reggae de Led Zepellin, osea, un experimento, mutante, híbrido y bastardo. Eso también la vuelve atemporal, inmortal y brillante. Una vez por año hay que escucharla.
No quarter, y en este disco, como en la vida, siempre hay un tiempo para cada cosa: La profundidad puede ser oscura, incómoda, intensa, pero sabrosa y reveladora. Seguro fue en ese entonces, en mi descubrimiento, el tema que menos escuché, pero hoy siento que es el mejor más preciado. Cuando tengan tiempo, escuchen este tema, consigan la letra traducida y cómanse el viaje,nada mas.
El último, The ocean, supuestamente dedicado al océano de fans que los seguían, es un rock zeppeliano, asincopado, asimétrico, un poco de lo que venían haciendo, la zona de confort de la banda para mí. Es Plant cantando desde sus gónadas hacia el espacio y un final digno del rocanrol.
Por siempre este disco.
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