Por Loló Fernández Bravo
Hoy estamos de festejo, celebramos el aniversario de la Ley 27.610 de interrupción voluntaria (IVE) y legal (ILE) del embarazo y atención posaborto. Este sí que fue el broche de oro de una lucha que venía agitando el avispero hacía mucho tiempo. A su vez, esta ley se completó con el decreto reglamentario (Decreto 516/2021) y el Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción voluntaria y legal del embarazo (Resolución 1535/2021).
Hoy hace un año que vivimos en un país más justo, que apuesta por un futuro mejor, hace un año que se debería dejar de sentenciar a las pibas a la clandestinidad y digo debería porque, todavía, esta tan buscada ley no se aplica en su totalidad.
Se siente como una especie de revancha después del 2018 cuando se aprobó en la Cámara Baja pero no en la Alta, esta última nos dejó con un sabor amargo en el medio del frío de ese agosto. El año pasado luego de ser aprobada en Senadores, en las primeras horas del 30 de diciembre con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, la calle se tiñó de verde, de festejos, de abrazos, de derechos ganados.
Logramos superar el obstáculo de quienes creían que con esta ley iba a surgir una ola de personas gestantes que iban a salir rajando a abortar, trabajamos en desmentir esas campañas con imágenes falsas de descuartizamientos de embriones y sobre todo contra argumentamos ese dicho sobre la defensa de las dos vidas que en realidad era puro verso porque no terminaba salvando a ninguna.
No todo es color verde aborto
Aunque hoy en día tenemos el orgullo de contar con una ley de aborto legal, seguro y gratuito, este derecho podríamos decir que viene medio flojo porque no se cumple como debería. Todavía hoy son muchas las mujeres y personas con capacidad de gestar a las que se les ponen palos en la rueda para acceder a la interrupción del embarazo.
Los obstáculos vienen en todos los tamaños y colores, desde la ausencia de información, pasando por la falta de profesionales y centros de salud que garanticen este derecho, hasta el colapso del 0800 de Salud Sexual, la línea de consulta sobre dónde y cómo acceder a la interrupción voluntaria y legal del embarazo.
Según el Proyecto Mirar, una iniciativa de CEDES e Ibis Reproductive Health, el acceso a este derecho depende del lugar en donde se viva. En base a su análisis afirman que Corrientes, Formosa y Misiones tienen las tasas más bajas de acceso del país, con 0,6, cerca de Chaco y San Juan, con 0,9. Por su parte, la siempre privilegiada Ciudad Autónoma de Buenos Aires llega a la más alta con 5,6 y Tierra del Fuego a 4,3. La media nacional es de 3,2. Esta diferencia, según la misma fuente, se puede deber a mayor acceso efectivo por mayor disponibilidad de recursos humanos y efectores garantizando servicios, por mejores registros de las prestaciones o por mayor demanda de la población, entre otras.
El avance de la Ley hecho números
Desde que arrancó la ley y durante los primeros 11 meses de este año, se informaron 32.758 interrupciones de embarazo realizadas en condiciones seguras en el sistema público, según dijo la directora nacional de Salud Sexual y Reproductiva, Valeria Isla. Sin contar los procedimientos efectuados en el sector privado, en servicios cubiertos por obras sociales y prepagas, o autogestionados por las mujeres o personas gestantes. Lo copado del marco legal es que ahora se puede llevar un registro, podemos saber cuántas zafaron de la clandestinidad.
A su vez, según un reporte de las superheroinas de Socorristas en Red, durante el primer semestre del 2021, el 86,2% de las personas que se comunicaron con ellas, que representa unas 5.614 personas, decidieron que esta organización las acompañara en sus abortos. 200 de estas personas eran menores de 18 años, en su mayoría decidieron abortar de manera voluntaria y segura.
Por otro lado, ganamos en efectores, hoy se cuenta con 1.243 en todo el país que se encargan de garantizar la práctica, este número significa 340 más de los que venían realizando ILEs hasta diciembre de 2020, chin chin por eso también.
Estos abortos en su mayoría se realizan a través del Misoprostol, en esta línea, en lo que va del año, el Ministerio de Salud distribuyó 46.283 dosis del medicamento, mientras que en 2020 habían sido 18.560 dosis. Este aumento rompe todos los esquemas por eso lo celebramos en voz alta.
Por último y no menos importante por eso, se destaca el aumento de las consultas por interrupción del embarazo al 0800-222-3444, la línea gratuita y confidencial del Ministerio de Salud. Entre 2010 y 2020 la línea respondió 17.302 llamados, luego de la legalización del aborto, entre enero y noviembre del año corriente llegaron a recibir 19 mil, superaron lo que se recibió en 10 años. ¡Flor de avance!
Alcanzamos un gran objetivo, uno de esos que aporta igualdad social, que no mira para el costado y que no hace oídos sordos al reclamo de miles de personas gestantes. Gracias a esta histórica ley son muchas las mujeres y otras identidades que ya no van a parar a la clandestinidad, pero todavía no son todas. Nos queda un largo camino por recorrer para que cada quien que necesite acceder a un aborto lo pueda hacer sin obstáculos. Vamos a seguir luchando hasta que sea ley para todes, los brazos no los bajamos.
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